Explicación
Esta afirmación del Dalai Lama refleja una profunda verdad sobre la naturaleza de la felicidad. Según él, la felicidad no es un estado al que simplemente llegamos asumiendo la pasividad de nuestras acciones. Es algo que debemos cultivar día a día a través de decisiones conscientes y comportamientos proactivos. Esta idea motiva a la reflexión individual sobre cómo nuestras acciones, grandes y pequeñas, influyen directamente en nuestro bienestar emocional y espiritual. Adoptar este enfoque puede llevar a una vida más satisfactoria y significativa, donde somos los principales artífices de nuestra propia felicidad.