Obras son amores, y no buenas razones
Significado del refrán
Este refrán nos recuerda que las acciones tienen más peso que las palabras. ¿Cuántas veces hemos escuchado promesas vacías o justificaciones elaboradas sin ver resultados concretos? Aquí, se subraya que los buenos actos hablan por sí mismos y generan confianza y credibilidad. Es como cuando un amigo te dice que siempre estará para ti, pero es cuando realmente está presente en los momentos difíciles que su amistad se confirma. En nuestro entorno laboral o personal, preferimos ver acciones tangibles que solo escuchar promesas bonitas. De esta manera, ‘Obras son amores, y no buenas razones’ nos motiva a valorar más lo que hacemos que lo que decimos, y a confiar más en quien lo demuestra con hechos.