Del agua mansa líbrame Dios, que de la brava me libro yo
Explicación
Este refrán nos recuerda que es prudente desconfiar de las cosas que parecen inofensivas, tranquilas o dulces a primera vista. Muchas veces, las sorpresas vienen de donde menos lo esperamos. Al igual que un río de agua mansa que parece seguro, pero puede ocultar corrientes peligrosas debajo de la superficie, las personas o situaciones tranquilas pueden esconder verdaderos desafíos.
Por ejemplo, puedes conocer a alguien realmente amable y calmado, pero una vez que te adentras más en su mundo, descubres que la situación es mucho más complicada de lo que parecía. Los latinoamericanos han utilizado este refrán para recordar que no todo lo que brilla es oro, y mantenerse siempre alerta ante lo inesperado. Adoptar una actitud paciente y observadora puede ayudar a evitar futuros inconvenientes, permitiéndonos anticipar problemas potenciales antes de que se conviertan en verdaderas crisis.