«Dios aprieta pero no ahorca»
Explicación
Dios aprieta pero no ahorca, es un refrán popular en el ámbito de habla hispana que busca ofrecer un consuelo frente a las adversidades, sugiriendo que aunque la vida puede presentarnos desafíos significativos, nunca serán mayores a nuestra capacidad de enfrentarlos y superarlos. Esta expresión evoca una imagen de cuidado divino en el sentido de que hay un límite para las pruebas que se nos imponen, que más allá de la presión hay una salida o una solución. En otras palabras, hay luz al final del túnel.