Cuando una puerta se cierra, otra se abre.
Explicación
Este proverbio refleja una gran verdad de la vida; a menudo, los finales son simplemente el preludio de nuevos comienzos. Significa que, aunque a veces enfrentamos situaciones desalentadoras cuando algo llega a su fin —como un empleo, una relación o una etapa de la vida— siempre existen nuevas oportunidades esperando ser descubiertas. Es un llamado a la esperanza y la resiliencia, a no derrumbarse ante los cierres y a estar atentos a las nuevas puertas que la vida está por abrir. Nos invita a entender que cada final guarda en sí el germen de un comienzo aún no revelado.