A caballo regalado no se le miran los dientes
Explicación
Este refrán tan popular tiene su origen en una práctica común: revisar los dientes a los caballos para evaluar su edad y estado de salud. Sin embargo, cuando un caballo es un obsequio, se considera de mala educación y falta de gratitud realizar esta acción, asumiendo que el gesto tiene segundos fines. La enseñanza que encierra este dicho va más allá de los caballos y se aplica a la vida cotidiana, enfatizando la importancia de recibir con gratitud y apreciar los regalos sin cuestionar su valor o intención. Este enfoque no solo fomenta una mejor convivencia sino también refuerza la calidad humana de apreciar lo que se nos da, independientemente de la forma o el tamaño que tome.